Mente y cuerpo en Medicina China

Para comprender la mente desde el punto de la Medicina China, hay que tener en cuenta los puntos de vista del alma, mente y espíritu desde la filosofía occidental  y la cultura china.

El espíritu y cuerpo en la filosofía occidental es considerado una dualidad, en otras palabras existe una separación entre cuerpo y espíritu.

Un médico griego estoico, Erasistratus  distinguía entre un “espíritu psíquico” que residía en el corazón y fluía a través de los vasos sanguíneos y un “espíritu físico” que residía en el cerebro y fluía a través de los nervios, que coincide con la Medicina China en  que el espíritu reside en el corazón.

En tal sentido, en la Medicina China el “espíritu psíquico” es la “mente (Shen)”  y  “espíritu físico”  es el “alma  corpórea (Po)”.

La  religión cristiana al igual que la filosofía occidental  determina la existencia de  dualidad entre cuerpo y espíritu; sin embargo  San Pablo que pensaba que el cuerpo no tendría que verse sólo como un cuerpo material sino como un espíritu carnal, otra concordancia con el “alma corpórea” (Po) de la Medicina China.

Descartes, en su filosofía  y racionalismo reafirma la oposición y separación, entre el cuerpo y espíritu.

Según la Medicina China, defiende el concepto de unidad entre la mente y el cuerpo, dónde la relación de aspectos espirituales con los órganos Yin tiene una importancia visible, como es el caso del  Shen del Corazón, Hun del Hígado, Po de los Pulmones, Yi del Bazo y el Zhi de los Riñones.

Muchos interpretan el Shen como Espíritu, pero otros como Mente, sin embargo el Espíritu es el conjunto de Shen, Hun, Po, Yi y Zhi.

El Shen incluye todos los fenómenos mentales (pensamiento, razón) y emocionales.

El cuerpo y el espíritu son manifestaciones del Qi (energía) ,  así como el Po es el responsable de todos los procesos fisiológicos.

Un pensador taoísta comentaba que el Qi  no se creaba ni se destruía.

En conclusión, el cuerpo y el espíritu son inseparables, los desequilibrios en el espíritu siempre lleva a una manifestación física (corporal), e viceversa. Tales como distintas enfermedades físicas llevan a manifestaciones psíquicas  incorporadas.

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